Agrónomos, una “Escuela emblemática” también en el ámbito de la energía
El proyecto, desarrollado por los investigadores del Grupo de Agroenergética de la Universidad Politécnica de Madrid, logra la autosostenibilidad energética de sus laboratorios mediante la biomasa vegetal producida por cultivos energéticos en experimentación en los Campos de Prácticas de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos. Como materia prima, también aprovecha la biomasa vegetal residual procedente en su mayoría de las podas de viñedos, frutales, árboles ornamentales y restos de cultivos de estos Campos.
La experiencia se ha puesto en práctica en la Planta de Producción y Autoconsumo de Biocombustibles Sólidos, lugar de trabajo del Grupo de Agroenergética de la UPM. Las instalaciones incluyen un conjunto de laboratorios y despachos de una superficie aproximada de 200 m2 y dos invernaderos de investigación de cerca de 500 m2, que se han tomado como modelo representativo de lo que podrían ser las dependencias de una explotación agraria.
Al acto de inauguración asistieron Gonzalo León, Vicerrector de Investigación de la UPM, Carlos López, Director General de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid, y Jesús Vázquez, Director de la ETSI Agrónomos. Jesús Fernández, Catedrático de la Escuela y responsable del Grupo de Agroenergética de la UPM, presentó las instalaciones de la Planta de Producción y Autoconsumo de Biocombustibles Sólidos.
Recolección de la biomasa
En el proyecto se contempla la cadena energética completa, desde la producción del biocombustible a su utilización. La biomasa herbácea es recogida y empacada en el campo. Tiene una humedad inferior al 15% y puede almacenarse sin peligro de pérdidas por la acción de microorganismos.
Para podas de frutales o sarmientos de vida, es necesario secar el producto de almacenarlo para evitar mermas e incluso incendios, por efectos de la fermentación microbiana. Después, la biomasa se hace astillas y se transporta a un secadero con cubierta de polietileno, que utiliza como fuente de calor la radiación solar (efecto invernadero). El sistema tiene un suelo radiante de agua caliente generada en una caldera de biomasa.
Una criba rotativa separa la biomasa según su tamaño. A continuación se muele en un molino de martillos hasta alcanzar un tamaño igual o inferior a 5 mm, y se almacena por separado.
Generación de energía térmica
Los tipos de biomasa finamente molida son mezclados para homogeneizar los serrines de diversa procedencia y de ahí pasan a la unidad peletizadora. Los pelets son cilindros de biomasa prensada, de unos 6 mm de diámetro y unos 2 cm de longitud. Estos combustibles sólidos densificados sirven para alimentar tres calderas que producen agua caliente para la calefacción de los invernaderos, laboratorios y despachos del Grupo de Agroenergética de la ETSI Agrónomos. La energía necesaria para el secadero se obtiene con otra caldera que utiliza biomasa en forma de leña o briquetas. Una de las calderas sirve como calefactor de un invernadero de 280 m2, dedicado a la producción de plantas acuáticas, que se utilizan posteriormente para la depuración de aguas residuales.
Sistema de climatización
En verano, mediante un cambio en la posición de las válvulas del circuito de calefacción, la caldera alimenta un sistema de absorción basado en el poder absorbente de las sales de cloruro de litio para el vapor de agua. Este sistema es capaz de proporcionar 10 kW de frío, con un consumo eléctrico de 106 W, y también agua enfriada a 7 ºC, que sirve para producir la refrigeración de los laboratorios y despachos del Grupo de Agroenergética. Para ello, se utiliza el mismo circuito de calefacción que alimenta a los termoventiladores.
La instalación se ha realizado con el aislamiento adecuado para evitar condensaciones y los termoventiladores están dotados de una bandeja de recogida de agua de condensación y de un desag